"Metamorfosis del amor"
¿Quién no ha pensado hasta ahora en el amor? ¿Incluso lo más mínimo?
Seguramente todos le hemos dedicado aunque sea lo más mínimo de nuestro tiempo al amor, ya sea en forma de pensamiento o actos, incluyéndome a mí misma.
En lo que más me gusta pensar es en las parejas de una edad ya avanzada, que uno las puede ver juntas sentadas en el autobús, o caminando por la calle, o comiendo en algún restaurante sin haber siquiera una ocasión especial. Me encanta admirarlos y pensar en cómo pudo haber sido su inicio, hacia 30 o 40 años atrás, o incluso 50. Cómo se habrían conocido, cómo habría empezado a surgir el amor entre ellos, aquella química que uno no puede ignorar y que si es correspondida, puede hacerte la persona más feliz del mundo.
O simplemente me pongo a pensar en mis abuelos, que tras 50 años de matrimonio, todos los domingos desayunan juntos, van a misa, y al volver cocinan su plato favorito para después comer juntos mientras recuerdan viejas historias familiares.
Sin embargo, soy consciente de que no todas las parejas acaban de la misma forma que mis abuelos. Y también sé que el amor no dura para siempre, sino que a lo largo de los años lo sustituyen la costumbre y un especial cariño, y reconocerlo es lo más honesto que uno puede hacer consigo mismo llegado ya a dicha situación.
Por eso mismo lo que no soy capaz de entender son aquellas parejas que se niegan a reconocer que lo que un día hubo entre ellos, lo que un día los unió e hizo que se quieran con locura, ha desaparecido. No es el fin del mundo, ni el fin de la familia, es simplemente la realidad.
No sabría decir cómo reaccionaría yo en la postura en la que tendría que reconocer que mi relación con la persona que un día quise está a punto de acabarse. Pero supongo que lo admitiría, o intentaría hacerlo, porque a lo largo de mi vida he conocido muchas personas y he visto muchos casos de relaciones que han llegado a su fin, relaciones que han intentado mantenerse a flote a pesar de las claras señales que tenían delante, etc.
Uno tiene que vivir feliz, o al menos intentar hacerlo, ya sea solo o acompañado. El mundo no es un lugar tan horrible como para que una mujer no pueda vivir sola con 40 años. O incluso para un hombre. Por eso mismo somos seres humanos independientes con la capacidad de elegir nuestro futuro.
No sufras si el día de mañana tienes que pasar por una ruptura, un divorcio o simplemente un distanciamiento. Es algo inevitable que aparezcan problemas o contratiempos en una relación, y depende de cada uno decidir si "el plato roto" se puede arreglar, o si ha perdido su función para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario