Supuestamente, todos tenemos nuestra "media naranja", ¿verdad? O al menos eso es lo que dicen. Y que tarde o temprano, nos encontraremos con ella, la atracción y los sentimientos surgirán, y más tarde darán paso a lo que debería ser la relación definitiva, aquella que nos llevará hasta un altar frente al cual juraremos amor eterno a la persona que tenemos al lado. Y así pasarían los años, formando ambos una familia y siendo lo más felices que se pueda ser.
¿Pero sabéis qué? Yo creo que antes de todo lo anteriormente mencionado, lo que tenemos que hacer es concentrarnos en encontrarnos a nosotros mismos, y sobretodo comprendernos plenamente y amarnos, porque, ¿cómo esperamos que alguien sepa amarnos, si ni siquiera sabemos hacerlo nosotros?
Vivamos todo lo que tengamos que vivir.
Experimentemos todo lo que se tenga que experimentar.
Hagamos todo lo posible para que no queden preguntas sin resolver sobre nuestro interior.
Que no queden emociones a las que les tengamos miedo o que no entendamos del todo.
Seamos un libro abierto, de los sencillos, que se leen y se entienden perfectamente.
Y cuando nuestra propia lectura y comprensión haya acabado, toca expandir nuestras expectativas hacia un futuro probablemente compartido. Hacia un futuro en el que tengamos a nuestro lado a nuestra media naranja, y amarla como nos amamos a nosotros mismos.
Quiérete para que los demás te puedan querer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario