miércoles, 7 de noviembre de 2018

Vida, sorpréndeme.

VIDA, SORPÉNDEME


Me agrada decir que nunca he sido ese tipo de persona que pide cosas.  Lo de “quiero esto, quiero lo otro” nunca ha sido lo mío. Puede ser a causa de que desde pequeña me han enseñado a conformarme con lo que tengo y que a veces no podemos tener todo lo que queremos, pero me gusta pensar que también forma parte de mi propia ideología. Y extrapolando esta ideología al caso práctico me ha ido muy bien.
Conforme iba pasando el tiempo esto se ha mantenido constante. No quiero pedir nada porque me gusta ser sorprendida, sobretodo por la vida. Alguna que otra vez he oído a la gente decir que la vida es una caja de sorpresas, y creo que es muy cierto.
Hagamos un pequeño ejercicio de imaginación. Vamos a pensar en las cosas más bonitas que nos han pasado a lo largo de la vida.
Pensad, son apenas unos segundos.
¿A caso alguno de vosotros pudisteis predecir aquellos acontecimientos? Porque yo no. Y, ¿os acordáis de lo que sentisteis en ese momento? ¿Felicidad? Sí.
También dicen que si uno no tiene expectativas en la vida así no se arriesga a quedar decepcionado, pero tampoco hay que ser radicales. Seamos realistas, vivimos de sueños. Y anoche alguien me dijo una frase que me ha gustado mucho y que me ha hecho pensar: “a uno no le llegan las cosas cuando quiere, sino cuando las necesita”. Y no podría estar más de acuerdo.

Siempre lo he dicho y siempre lo diré, las mejores sonrisas las muestra uno cuando escucha o le dicen algo sin que se lo espere. Qué bonitas que son esas sonrisas… Como una en concreto que se me viene ahora mismo a la mente.
Todavía soy muy joven y me quedan demasiadas cosas por hacer y por ver, y aún más, todavía me quedan muchas sorpresas en la vida. Y estoy preparada para recibirlas con los brazos abiertos y con mi mejor sonrisa.
Me suelen decir que soy muy bonita cuando sonrío, no lo niego, y yo a mi vez pienso eso de todo el mundo. Todos somos más bonitos con una sonrisa. Todo se afronta mejor con una sonrisa.

Vida, sorpréndeme, y prometo darte a cambio mi más bonita sonrisa.

martes, 9 de octubre de 2018

Sobre las parejas

"Metamorfosis del amor"


¿Quién no ha pensado hasta ahora en el amor? ¿Incluso lo más mínimo? 
Seguramente todos le hemos dedicado aunque sea lo más mínimo de nuestro tiempo al amor, ya sea en forma de pensamiento o actos, incluyéndome a mí misma.
En lo que más me gusta pensar es en las parejas de una edad ya avanzada, que uno las puede ver juntas sentadas en el autobús, o caminando por la calle, o comiendo en algún restaurante sin haber siquiera una ocasión especial. Me encanta admirarlos y pensar en cómo pudo haber sido su inicio, hacia 30 o 40 años atrás, o incluso 50. Cómo se habrían conocido, cómo habría empezado a surgir el amor entre ellos, aquella química que uno no puede ignorar y que si es correspondida, puede hacerte la persona más feliz del mundo.
O simplemente me pongo a pensar en mis abuelos, que tras 50 años de matrimonio, todos los domingos desayunan juntos, van a misa, y al volver cocinan su plato favorito para después comer juntos mientras recuerdan viejas historias familiares.
Sin embargo, soy consciente de que no todas las parejas acaban de la misma forma que mis abuelos. Y también sé que el amor no dura para siempre, sino que a lo largo de los años lo sustituyen la costumbre y un especial cariño, y reconocerlo es lo más honesto que uno puede hacer consigo mismo llegado ya a dicha situación.
Por eso mismo lo que no soy capaz de entender son aquellas parejas que se niegan a reconocer que lo que un día hubo entre ellos, lo que un día los unió e hizo que se quieran con locura, ha desaparecido. No es el fin del mundo, ni el fin de la familia, es simplemente la realidad.
No sabría decir cómo reaccionaría yo en la postura en la que tendría que reconocer que mi relación con la persona que un día quise está a punto de acabarse. Pero supongo que lo admitiría, o intentaría hacerlo, porque a lo largo de mi vida he conocido muchas personas y he visto muchos casos de relaciones que han llegado a su fin, relaciones que han intentado mantenerse a flote a pesar de las claras señales que tenían delante, etc.
Uno tiene que vivir feliz, o al menos intentar hacerlo, ya sea solo o acompañado. El mundo no es un lugar tan horrible como para que una mujer no pueda vivir sola con 40 años. O incluso para un hombre. Por eso mismo somos seres humanos independientes con la capacidad de elegir nuestro futuro.
No sufras si el día de mañana tienes que pasar por una ruptura, un divorcio o simplemente un distanciamiento. Es algo inevitable que aparezcan problemas o contratiempos en una relación, y depende de cada uno decidir si "el plato roto" se puede arreglar, o si ha perdido su función para siempre.

lunes, 20 de agosto de 2018

“La tierra donde las tradiciones siguen con vida- Maramureș”



Una familia saliendo de misa luciendo la vestimenta tradicional de la zona.



Un segundo ejemplo de traje tradicional. 
Los colores son la esencia.






En la zona de Maramureș (România) es donde podemos ver estos trajes tradicionales tan bonitos y tan coloridos, que de hecho, es una característica bien conocida de la zona.
Antiguamente, toda la vestimenta se hacía en casa, trabajo del cual se encargaban las mujeres, transmitiendo de generación en generación la técnica de tejer.
Como bien se puede apreciar, la vestimenta tradicional vista más arriba es diferente en cada fotografía. Esto se debe a que cada pueblo tiene su traje, aunque es muy popular el traje cuyo delantal se presenta con líneas negras y rojas.
Los colores se llevan en función de la edad. En cuanto al traje de las mujeres, aquellas que todavía no tienen marido, llevarán la ropa con mucho color. Este afán por “buscar” el color disminuye una vez la mujer ha contraido matrimonio. Y ya en la vejez, los colores se vuelven más oscuros. 
Se podría decir que la vestimenta tradicional es una representación de la vida.

sábado, 11 de agosto de 2018

"Hoy en día sobran palabras y falta humanidad"

¿Sabes cuál es el Día Mundial contra el Cáncer? ¿No? No pasa nada, yo tampoco es que sea un auténtico prodigio recordando fechas.
Pero, para compensar, ¿piensas en aquellas personas afectadas por esta horrible enfermedad? ¿Tampoco? Vaya... Eso ya me ha gustado menos.

Tranquilos, no vengo aquí para dar sermones sobre que tenéis que pensar todos los días en los niños que se mueren de hambre en África, las personas que han acabado en la calle porque han perdido su casa por falta de dinero, aquellos que sufren de cáncer, etc.

Sería una enorme hipócrita si os dijera que yo pienso en estas personas u otras con situaciones igualmente difíciles todos los días, porque no lo hago. Pero tampoco me parece lo correcto ignorar estos temas y de repente, cuando llega su día mundial, o cuando escuchamos algo relacionado en las noticias, todos publicamos mensajes en las redes sociales, porque eso también es de ser hipócrita. Yo también lo he hecho, lo reconozco, e igualmente me incluyo en ese grupo interesado en unirme a lo importante. Pero las cosas no se hacen así.

Me he puesto a pensar y he llegado a la conclusión de que somos así porque no tenemos una conexión tan directa con dicho tema, porque si lo tuviésemos, las cosas serían distintas.
Me apuesto lo que sea a que alguien que ha perdido a un ser querido por culpa del cáncer lo recuerda más de una y más de dos veces al año.

Mis padres tienen muchos amigos. Entre ellos, había un matrimonio. El hombre fue compañero de clase de mi madre tanto en el colegio como en el instituto, la mujer, dos o tres años más pequeña que mi madre, la conocía de vista. Ya adultos, mis padres formando un matrimonio llegaron a tener una relación de mejores amigos con dicho matrimonio. Ese matrimonio tiene una hija, que se convertiría en una de mis mejores amigas hasta hoy en día.

Nos remontamos a hace unos años. Nos despedimos de ellos una vez acabadas las vacaciones. Un mes después, nos llega la noticia de que el hombre ha sido diagnosticado con cáncer. Y finalmente, 9 meses después, muere, antes de que nosotros tengamos la oportunidad de verle por última vez, aunque... A veces cuando me paro a pensar en él, me doy cuenta de prefiero que las cosas hayan sido así, porque cuando lo recuerdo, recuerdo una persona alegre, llena de vida, el alma de la fiesta siempre. Con solo sonreír era capaz de iluminar una habitación entera. Definitivamente, a ese hombre le debo muchos momentos increíbles de mi vida junto a mi mejor amiga, su hija, y junto a él.
Hasta un año después de que él muriera lloraba cada vez que me acordaba de él, pero el tiempo seguía pasando, y uno se hacía a la idea de que se había ido, del todo, y que llorar no mejoraría nada.

¿Y su hija y la mujer que se ha convertido en viuda tras la muerte de su marido? ¿Cuántas veces se acuerdan del padre/marido que han perdido?

Ahora bien, no estás obligado a pensar en casos como este todos los días y a todas horas, pero cuando surja el momento de tener en mente un tema de este calibre, siéntelo de verdad. Si quieres darle ánimos a alguien perjudicado, hazlo de verdad, que sienta que estás a su lado, o que al menos, intentas ponerte en su lugar y mostrar empatía, porque uno nunca sabe lo que le tiene preparado el día de mañana.

Hoy en día sobran palabras y falta humanidad.

miércoles, 8 de agosto de 2018

"I don't want to miss a thing"- Aerosmith

Hace aproximadamente 4 o 5 años podría decir que tuve mi encuentro decisivo con la música rock, ya que fue entonces cuando realmente descubrí lo mucho que disfrutaba escuchando determinadas canciones y las nuevas sensaciones que me transmitían.
Una de las canciones que hizo que me enamorara de este estilo de música es "I don't want to miss a thing" de Aerosmith. Esta canción, a mi parecer, es una verdadera obra de arte, un canto de un amor sumamente profundo, tan profundo que llega a doler, un amor que probablemente hoy en día pocos llegan a sentir, pocos o nadie. Incluso parece un amor surrealista, y muchos dirán que lo es, pero eso es algo que dejo en la opinión de cada uno.
Nadie ve y siente el amor de la misma forma, pero eso no significa que solo haya un amor verdadero y que los demás no lo sean.
Cada uno quiere de forma distinta porque todos somos distintos, y nuestras diferencias hacen que el mundo sea tan variado, dinámico y con total libertad sentimental.

Canciónhttps://www.youtube.com/watch?v=JkK8g6FMEXE

martes, 7 de agosto de 2018

“Viajando con Diana, 2018”

Todos los años, sin fallo alguno, las vacaciones de verano son mi escapatoria más grande y mi ocasión de ver mundo. 
Me llena de orgullo decir que a mis 19 años ya he visitado 12 países Europeos. De cada uno de ellos me he llevado lo mejor: los paisajes de tal belleza que son capaces de quitarte el aliento, las comidas típicas, las personas.
Uno de los países que más me ha impresionado ha sido Austria, y eso se debe a que no me esperaba que al adentrarnos cada vez más, más cosas increíbles descubriríamos. 
El año pasado tuve la oportunidad de alojarme unos días en la ciudad de Linz, que se encuentra a no más de 2 horas de distancia de Viena, su famosa capital.
Linz fue durante un breve período la ciudad más importante del Sacro Imperio Romano- Germánico, aunque en 1493 perdió su rango. 
En 2009, Linz fue la Capital Cultural Europea.
Geográficamente, se encuentra en la Alta Austria, y la atraviesa el río Danubio.
Es una ciudad increíblemente limpia, al igual que el resto del país. 
Al llegar a la ciudad, antes de centrarnos en los monumentos históricos que se encuentran fuera de ella, decidimos adentrarnos por sus calles y así interaccionar lo máximo posible con el ambiente. Sinceramente, no me esperaba que los habitantes fuesen tan amables como lo han sido al preguntarles alguna indicación, o cuál es la comida típica para así poder pedirla en un restaurante. Siempre hemos obtenido la ayuda que buscábamos, y siempre con una sonrisa.
Por supuesto que no nos hemos ido sin probar el típico Strudel, el Krapfen y el Gulash. 
Linz es una ciudad en la que me he sentido muy a gusto, me ha parecido una ciudad preciosa y accesible para todo aquel que tenga unos días a disposición para hacer una escapada. 
Este año repito el viaje a Linz por unos días y no podría tener más ganas de volver a ver la ciudad.




Próximamente en “Viajando con Diana”: Budapest.

Con estas publicaciones lo que busco es compartir mis experincias de los viajes que, doy las gracias, tengo la oportunidad de realizar, y así, seguir conociendo juntos países, ciudades, regiones, etc.

“Media Naranja”

Supuestamente, todos tenemos nuestra "media naranja", ¿verdad? O al menos eso es lo que dicen. Y que tarde o temprano, nos encontraremos con ella, la atracción y los sentimientos surgirán, y más tarde darán paso a lo que debería ser la relación definitiva, aquella que nos llevará hasta un altar frente al cual juraremos amor eterno a la persona que tenemos al lado. Y así pasarían los años, formando ambos una familia y siendo lo más felices que se pueda ser.
¿Pero sabéis qué? Yo creo que antes de todo lo anteriormente mencionado, lo que tenemos que hacer es concentrarnos en encontrarnos a nosotros mismos, y sobretodo comprendernos plenamente y amarnos, porque, ¿cómo esperamos que alguien sepa amarnos, si ni siquiera sabemos hacerlo nosotros?
Vivamos todo lo que tengamos que vivir.
Experimentemos todo lo que se tenga que experimentar.
Hagamos todo lo posible para que no queden preguntas sin resolver sobre nuestro interior.
Que no queden emociones a las que les tengamos miedo o que no entendamos del todo.
Seamos un libro abierto, de los sencillos, que se leen y se entienden perfectamente.
Y cuando nuestra propia lectura y comprensión haya acabado, toca expandir nuestras expectativas hacia un futuro probablemente compartido. Hacia un futuro en el que tengamos a nuestro lado a nuestra media naranja, y amarla como nos amamos a nosotros mismos.
Quiérete para que los demás te puedan querer.

Para un momento y ¡VIVE!




Escucha. Huele. Toca. Siente.. Vive.

¿Acaso sabes de verdad qué significa vivir?

Debes saberlo, todo el mundo debe y merece saberlo, incluso aquellas almas inmundas que alimentan su músculo cardíaco gracias a la desdicha producida a inocentes humanos, pero sólo para que lleguen a tener su propio infierno en la Tierra, aquel infierno por el que hacen pasar a las personas tan poco agraciadas que han llegado a interferir en su camino.

No sé si alguna vez dejamos de vivir, o es que nunca hemos llegado a vivir plenamente, ya que tenemos tan común y presente una determinada sensación de desgana, insuficiencia dinámica y emotiva, por lo que simplemente dejamos pasar el tiempo.

Miedo me da la ruta que tiene propuesta la humanidad y su forma de pensar y actuar, tal que no sé si alguna vez conseguiré entenderla del todo. Nos quejamos cuando no tenemos nada que hacer, pero igualmente nos quejamos cuando tenemos tanto trabajo que incluso nos falta tiempo para pensar en lo que tenemos que hacer. 

¿Y si te paras, inspiras y espiras, y vacías tu mente?

Para un momento, y vive.

martes, 30 de enero de 2018

La belleza y sus variedades




Hace bastante tiempo que no me dejaba ver por aquí y sinceramente no le puedo encontrar una razón exacta. Puede ser que no quisiera ocupar espacio solo por hacerlo, sino ocuparlo con algo que valiese la pena, y creo que ha llegado el momento de volver a disfrutar de la fotografía y de los placeres que ella conlleva.
Les dejo por aquí una foto de mi preciosa Granada, que será mi hogar durante varios años mientras acabe la carrera y de la cual espero seguir disfrutando hasta que llegue el momento de decirle ‘Hasta luego’, porque si de algo estoy segura, es que nunca seré capaz de decirle adiós.

Algo de alguien